El caso de un prisionero en Francia nos hace pensar en las trivialidades y nimiedades que pueden tornarse serias cuando se trata del sistema de justicia de una nación.
Este prisionero solicitaba a las autoridades penales que le dejaran tener suPlayStation 3 durante su "estancia" en la cárcel. Las autoridades se negaron constantemente ante tal petición. Fue cambiado de cárcel varias veces, y en todas recibía la misma respuesta.
¿La razón? El PlayStation 3 tiene conexión WiFi, lo que puede significar que el encarcelado puede mantenerse en contacto con "el mundo exterior" a través de este, y esto sería una violación al código de seguridad.
¿Qué podría hacer entonces este pobre individuo que si va a estar encerrado, desea disfrutar de sus juegos? Conseguir un Xbox 360, específicamente, las versiones Elite y Arcade que no tienen conexión WiFi y requieren de un adaptador para ello.
Si así están las cosas y puedes tener tu consola de videojuegos en esos meses o años de condena, se nos ocurren muchas consolas sin WiFi que podríamos introducir. Un Wii Mini por ejemplo, con más controles podrían conseguirle un par de amigos en la cárcel. La celda "más prendida" del lugar.
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